Caroline Farner (1842-1913) & Anna Pfrunder (1851-1925)

Meta von Salis escribió la defensa para Caroline Farner y Anna Pfrunder cuando fueran acusadas de malversación de dineros pupilares y en 1893 se les procesara. Entre otras cosas ella describe como ambas se conocieran, que se convirtieron en amigas de por vida y que ningún hombre o mujer hubiera comprendido mejor el organizar una vida familiar placentera y digna como estas dos mujeres. Von Salis marca cierta y precisamente la diferencia de esta amistad con “aquella horripilante, corrompida forma de la ultracultura” que lamentablemente también lleva el nombre de “amistad”. Elocuentemente aclara el origen de la forma de vida especial de sus amigas, describe la satisfacción en el trabajo y el cumplimiento del deber que produce esta manera de vivir, que nace de la “flor casta de la amistad”.

Caroline Farner, segunda médica suiza y primera de medicina general en el país, había alcanzado con su consultorio una prosperidad remarcable, a pesar que trataba gratuitamente a necesitadas y de su trabajo intensivo en la asociación a favor de la mujeres. Esto produjo envidia y creó enemistades, teniendo aún en cuenta que, como lo manifestara en forma encubierta Meta von Salis en su novela, Farner no sabía justipreciar correctamente a seres humanos. En todas las mujeres que conocía percibía sólo lo bueno, especialmente cuando se trataba de los motivos que les llevaban a trabajar en el movimiento feminista, de tal modo que a menudo se producían desengaños, divergencias y polémicas. Meta von Salis dice que quien conociera a la doctora Farner sólo de vista o por medio de la asociación no la había conocido de su lado más atractivo. “A la cabecera del enfermo, en la familia de su elección, dicho en forma corta, siempre allí donde los valores del ser humano se manifiestan en lugar del brillo exterior, en dichas situaciones debe ser observada si se desea aprender a valorarla y quererla”.

La persecución del juez superior Wittelsbach, que en el proceso Pfrunder-Wittelsbach era al mismo tiempo litigante y juez, y que tuvo como consecuencia una larga presión preventiva aunque en el proceso que siguiera las mujeres fueron declaradas inocentes, fué traumatizadora para el movimiento feminista, la campaña de destrucción moral de carácter ejemplar.

Y contrariamente a la absolución de Caroline Farner, Anna Pfrunder y su madre, que tambien había sido detenida, Meta con Salis fue condenada por injuria a causa de su escrito de defensa.

Del diario de Caroline Farner:

“13 de septiembre (1892): cuento las horas hasta la mañana ya que mi enferma espalda me duele mucho. A pesar de todo me da Dios la tranquilidad de la conciencia limpia. Tanto es lo que le llevo de ventaja a mis perseguidores.

14 de septiembre: Gracias a Dios esta noche he podido dormir algo en mi cama de paja. Estoy fresca y despejada y luego de mi rezo matinal incorporé a mi Anna y nuestra madrecita en mi oración /.../y no debo olvidar a mis enfermos en el mundo libre y hacer orden en esta habitación y luego continuar con el trabajo espiritual.

Las 4 horas: ¡Gracias a Dios, la vergüenza de ser trasladada por la policía a través de la ciudad en pleno día pertenece al pasado! ¡Pero esas injurias interminables que me ha hecho el N. Zürcher-Zeitung (diario de Zurich) con sus relatos hostiles y que ahora son propagados por el mundo! Incluso eso, gran Dios, tengo que soportar. Desde hace muchos años no me acuesto nunca antes de haberme preguntado: ¿No has cometido hoy un error, tampoco un extravío o una negligencia? Aunque estoy alejada de la perfección es mi deseo alcanzarla, parecerme a mis modelos y poder decir: `Señor perdónales, porque no saben lo que hacen´. Si, Dios debe perdonarles pero en ninguna parte se dice que el ser humano no debe destruir lo malo. Pero esa mancha sobre mi honra, eso me mata. Ha oscurecido. ¡Buenas noches querida Anna, querida madrecita! Dios os proteja, en tus manos buen Dios el destino de mis enfermos. ¡Nuestras dos pobres criadas que sufren bajo mi desgracia, se ven tan pálidas y enfermizas, el cielo las consuele! ¡Yo misma me entrego a tu bondad infinita!”1

“12 de octubre: La mañana es fría y húmeda. Bajo una lluvia torrencial me llevan a Selnau; mis dos fieles compañeras, pálidas bajo la lluvia, esperan en la calle para poderme dar una señal con la cabeza. Anoche me acompañaron con lealtad hasta la puerta de la prisión. Y hoy están aquí en esta hora de mal tiempo sacrificando al dios de la amistad su salud, su vida. ¡El Todopoderoso las bendiga!”2

Las dos fieles compañeras – “luego de A. Pfrunder las dos amigas más íntimas de la doctora” – según escribe Ida Bindschedler, son Pauline Bindschedler y Hedwig Kym. Ya que sobre éstas es poco conocido Rosemarie Keller ha creado en su novela otras dos amigas íntimas para Caroline Farner. La relación es presentada en forma muy realista. Lamentablemente las dos “verdaderas” amigas se pierden de vista por ello. Anna Pfrunder y Caroline Farner vivieron juntas 32 años, finalmente en una casa propia, la villa Ehrenberg en la calle Rämi Nr. 26. Hasta su propia muerte vivió la descendiente en esta casa. Según el expreso deseo testamentario de Caroline Farner y Anna Pfrunder la villa Ehrenberg pasó a ser propiedad de la sección Zurich del Lyceumklub, la mitad como regalo y la mitad como venta. Además crearon una fundación de apoyo para estudiantes femeninas y Meta von Salis, Pauline Bindschedler y Hedwig Feigenwinter-Kym recibieron una suma notable “en memoria y como señal de agradecimiento”.

En la Hohen Promenade (paseo, avenida alta) en la cercanía de su casa, en 1999 y según la decisión del Ayuntamiento, en honor a Caroline Farner, se le dió su nombre a una callecita.

Anna Rosina Pfrunder fue hija única del segundo matrimonio de su padre, el arquitecto Johannes Pfrunder con Anna Schelling. A los 35 años de edad vive con sus padres y su amiga Caroline Farner desde hace cinco años en un domicilio común. Con ellos viven desde hace dos años los nietos huérfanos de los padres de Anna. A causa de grandes dificultades en las relaciones familiares Caroline Farner se muda de casa. Los niños crean dificultades ya que les falta la autoridad de la señora doctora. Solamente la señora Pfrunder-Schelling es feliz. Aunque a ella le moleste que Anna “se sienta tan identificada con su amiga (Dr. F.) aquí y allá debo aceptar lo peor, de todos modos le resta fiel hasta la muerte” según escribe a una amiga. Y continúa: “No puedes imaginarte que triste es nuestra vida. He querido salvar a mi hija del espíritu maligno que se ha mudado de nuestra casa pero debo comprobar que profundamente está anidada en el corazón de Anna. – Ah ... todo sería mejor si Anna no se hubiera enojado tanto que en todo el día no habla una palabra conmigo ...”3

Anna se muda con su sobrina a la casa de Caroline Farner. Luego que la patria potestad es transferida de su padre al tío de los niños, el juez Albert Wittelsbach, se muda con ellas tambien el sobrino. Wittelsbach cambia después de opinión. Las dos mujeres piden la patria potestad para los dos niños y les es negada: “Puesto que ha sido comprobado que a causa de la intromisión de la srta. Dr. Farner en el quehacer y relaciones de los Pfrunder, dicha familia cayó en desavenencias y que la propia hija Anna se ha alejado de su padre y de su madre, estando ambos debilitados por la edad y siendo débiles, juntándose a una persona extraña para vivir con la misma, (marcado por la autora de este escrito) la oficina de huérfanos no puede tener confianza que estas dos mujeres estén en condiciones de darle a los niños la enseñanza que necesitan para su desarrollo.”4

Un pedido de adopción también es rechazado. Entre tanto la familia Pfrunder se ha reconciliado ya que se ha dado cuenta que Wittelsbach no está interesado en el bienestar de los niños sino en su fortuna. La policía saca a los niños de la casa Farner/Pfrunder y a las dos mujeres se les prohibe oficialmente todo contacto con los mismos.

Cuando Johannes Pfrunder muere, Wittelsbach, en tanto juez superior, no está de acuerdo con la parte obligatoria de la herencia destinada a sus pupilos. Hace una demanda judicial de persecución y deja arrestar a Caroline Farner, Anna Pfrunder y Anna Pfrunder-Schelling por peligro de fraude.

La prensa las ataca brutalmente: Desde el Neue Zürcher Zeitung (NZZ) hasta el último diario sensacionalista las condenan prejuiciosamente. Principalmente para Caroline Farner como médica y feminista es demoledor.

Frau Pfrunder-Schelling pudo abandonar luego de tres semanas de prisión preventiva en la casa del tribunal en Selnau, su hija cuatro semanas más tarde. Al mismo tiempo dejan libre a Caroline Farner de la prisión en Oetenbach. Un año más tarde se realiza el proceso luego del cual las tres son declaradas libre. La Philanthropin publica un número especial para festejar el hecho. En él se cuenta toda la historia y como resumen sintetiza Meta von Salis-Marschlin que sólo el derecho general de voto y elección para mujeres puede impedir en el futuro que tales hecho sucedan. Hasta entonces la aristócrata de Bünden no era partidaria del derecho general de voto – tanto para mujeres como para hombres – porque era de la opinión que el pueblo en general no poseía ni la cultura ni la capacidad de adquirirla y además era escéptica en todo lo relacionado con tendencias democráticas. Ahora pide “que mujeres deben ser empleadas en el gobierno, tribunales, policía, administración de prisiones, o sea en todas partes donde los intereses femeninos lo demanden.”

De todas partes, del interior del país y del extranjero envían mujeres congratulaciones a causa de la absolución, una larga lista es publicada en el diario y en la próxima edición es completada. Entre las muchas congratulantes – incluso famosas representantes del movimiento feminista alemán – figuran Clara Willdenow de Jena, donde Farner pasara un tiempo de su formación profesional, la abogada Aebi-Eysoldt de Berna, su madre Bertha de Munich, donde poseía un atelier de fotográfico, e Ida y Pauline Bindschedler de Zurich y desde Colonia su media hermana Emma que era pintora y también de Zurich la madre de Hedwig Kym, la sra. Profesora Kym-Biedermann con sus hijas Emma y Hedwig.


© Regula Schnurrenberger (Zurich 2002)
Elena Terson de Paleville (Traducción, Bonn 2005)

cita/citation sugerida:
Schnurrenberger, Regula: Caroline Farner (1842-1913) & Anna Pfrunder (1851-1925) [online]. Zurich 2002/Bonn 2005. Available from: Online-Projekt Lesbengeschichte. Boxhammer, Ingeborg/Leidinger, Christiane. URL <https://www.lesbengeschichte.org/Spanisch/bio_farner_sp.html> [cited DATE].

Bibliografía:

[Ida Bindschedler]: Med. Dr. Caroline Farner, 1842–1913, Zürich 1913;

Chratz & Quer. Sieben Frauenstadtrundgänge in Zürich, Limmat Verlag, Zürich 1995, S. 268, 270/71, 277, 302–307;

Rosemarie Keller: Ich bereue nicht einen meiner Schritte. Leben und Prozess der Ärztin Caroline Farner. Roman, Pendo Verlag, Zürich 2001.

Indicación de fuentes:

Bertha Kollbrunner: Frl. Anna Pfrunder. In: Zentralblatt des Schweizerischen gemeinnützigen Frauenvereins, Nr. 10, 20. Okt. 1925, S. 231/32 (Schweizerische Landesbibliothek Bern).


[1] Páginas 49/50.
[2] Med. Dr. Caroline Farner, pág. 53.
[3] Citado de acuerdo con Chratz & Quer, pág. 303 f.
[4] Ebenda pág. 304.